Anoche soñé que me abandonabas, que me dejabas sola en este mundo de víboras agresivas, en este mundo podrido con una sociedad más que podrida. Y es que el ser humano está podrido. Hablo, evidentemente del ser humano maduro, no de la inocencia de los niños. Que anoche hablando contigo me quedé atónita con lo que me leiste sobre ciertas situaciones que te dan una lección de la vida. En una de ellas, un niño se dirigía hacia una heladería. Cuando llegó allí, le preguntó a la dependienta que cuanto costaba un helado con almendras. Ésta, irritada porque había más gente en la cola, le dijo al niño que el helado costaba dos euros. El niño al ver que no le llegaba le preguntó por el de menor tamaño. La mujer le dijo que ése costaba un euro. Y el niño escogió ése. Cuando la mujer volvió al mostrador y miró en el platillo de las propinas, se encontró un euro, evidentemente ese euro se lo había dejado el niño. Otro caso que también me llamó mucho la atención fue el de una niña que tenía una enfermedad incurable. La niña estaba ingresada en un hospital a la espera de que cualquier cayera en brazos de la muerte. El médico le dijo que le habían hecho unos análisis a su hermano y él disponía de las células que podrían curar su enfermedad. El médico le dijo a su hermano que si no le importaba hacer una transfusion de sangre. El niño sin pensárselo dos veces aceptó. Lo acostaron en una cama contigua a la de su hermana. El niño veía como las mejillas de su hermana se volvían cada vez más rosadas. En cambio, él se volvía cada vez más pálido y le preguntó al médico que cuándo se iba a morir. El médico medio sonriente le dijo que sólo era una transfusión de sangre, que no se iba a morir. Aquí tenemos otra lección de humanidad, y qué curioso, vienen de niños. Un adulto (depende de la situación y de las personas, claro está, no todos somos iguales), siempre se lo piensa dos veces o las que hagan falta.
No recuerdo muy bien el sueño, puesto que cuando me levanto es como si alguien me llenase el cerebro con gomas de borrar. Lo único que recuerdo es que estábamos en un internado y cuando volví te ví ahí, tirado en el suelo y en la mano tenías un cutter y no parabas de hacerte rasguños, poco profundos eso sí ( eso sólo se puede interpretar de una única forma pero no la expondré aqui ). Te cogí en brazos y como una loca miré en derredor del gran salón que se encontraba en la salita principal. Le dije a la directora (pfff o una mujer que estaba allí, lo mismo da), que cogiese su coche y que me llevase al hospital. La mujer me contestó con voz trémula y hueca que le faltaban 7 minutos para morir y que no daría tiempo. A partir de aqui no recuerdo nada más. Sé que luego iba en un coche y que también un perro me perseguía, pero ya está. No me acordaré del resto del sueño, pero esa escena bien que se me ha grabado a fuego en la memoria. Y ahora le llamo y tiene el móvil apagado. Debo admitir que ha habido un momento en el que me he desesperado totalmente, pero luego me he acordado de que anoche cuando hablábamos me dijo que apenas tenía batería, asi que aún estará dormido y no ha puesto el móvil a cargar. Y además, ¡que es un sueño,che! xDDD
En fin, cambiando un poco de tema...ayer me vi todos los capítulos de Nana que me bajé (hasta el 13), si es que como empiece alguna serie o manga no descanso hasta que me la termino de ver. Y sobre todo ésta que me tiene ENGANCHADÍSIMA.....Ayer me pegaba de cabezazos contra la pared por tener el capítulo 14 como sea. Si véis Nana, JAMÁS, os quedéis colgados en el 13 porque lo pasáreis realmente mal xDDDDDDDD. Pero ya no me pienso descargar los que quedan hasta el Viernes, que tengo que estudiar T_T. Naanaaa (L). En fin, seguiré estudiando otro rato T_T.
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